Alberto Squillaci, Hormicon S.R.L.: “El año que viene va a ser muy bueno para la construcción”

Alberto Squillaci fundó Hormicon S.R.L. para abrirse un lugar en la industria de la construcción y del hormigón con la visión de llenar lo que él consideraba un vacío de la industria local: la fabricación de postes, accesorios premoldeados y viguetas. Conversamos con él acerca de su posicionamiento y la realidad del sector.

 

 

Ezequiel Bermejo: En 2002 nace Hormicon S.R.L. como una derivación de una empresa anterior, Servitrans, y ya son 18 años en el mercado de la construcción misionero.

 







Alberto Squillaci: Sí, nosotros en el 2002 creamos Hormicon porque vimos la necesidad de expandirnos y comenzar a participar en la obra pública. Éramos una empresa que se había iniciado en 1998 con hormigón elaborado, pero trabajábamos fundamentalmente en la obra privada y en el transporte. Comenzamos a ser contratista del Estado provincial, logramos inscribirnos, por los antecedentes que teníamos con Servitrans, en el Registro del estado Nacional, que nos dio un puntal muy importante pues nos permitió participar en pequeñas obras a nivel nacional. Hormicon fue creciendo, con construcciones y transporte y ya hace años que estamos instalados con un proceso de hormigón elaborado y pretensado. Tenemos la única fábrica privada de postes de hormigón para redes eléctricas. Además hay dos cooperativas, pero la única fábrica privada es la nuestra, en la que tenemos una amplia trayectoria desde que en 2013 la pusimos en marcha. Hemos trabajado muy bien y vamos a seguir trabajando muy bien con eso. Tenemos el orgullo de decir que dejó de entrar materia prima de otras provincias y que lo que invierte la provincia en redes eléctricas, en postes o en la mejora, todo se queda en la provincia. El objetivo nuestro es la ocupación de la mano de obra, fundamentalmente en los procesos productivos que sean generados por nosotros mismos, y la innovación. Con la fábrica de premoldeados y pretensados ya se trae muy pocas viguetas y losas huecas de otras provincias, pues tenemos una producción constante. Hemos implementado la primera fábrica semiautomática de tubos de hormigón para alcantarillas. Somos los primeros fabricantes de galpones o estructuras premoldeadas de hormigón para naves industriales y viviendas. Estamos trabajando muy bien con todo lo que son accesorios y piezas para desagües pluviales que la Provincia necesita mejorar mucho.

 

 

EB: Hoy toda esa producción está enfocada para que termine siendo parte de la construcción local, en el territorio provincial. ¿Está la idea de producir en algún momento para abastecer a otras partes del país?

 

AS: Es muy buena su pregunta. Nosotros hemos exportado galpones al Paraguay, hemos participado en muchas licitaciones con la DPEC (Dirección Provincial de Energía de Corrientes) y le estamos entregando materiales, es decir que estamos compitiendo en precio y en calidad con empresas similares de Corrientes, del Chaco y de Santa Fe. Y lo que es un orgullo para la empresa: hemos vendido a Rio Negro piezas premoldeadas para estaciones transformadoras de energía eléctrica. Desde acá a Río Negro, flete incluido, éramos más competitivos que los bonaerenses o los pampeanos.

 

“Con la fábrica de premoldeados y pretensados ya se trae muy pocas viguetas y losas huecas de otras provincias, pues tenemos una producción constante. Hemos implementado la primera fábrica semiautomática de tubos de hormigón para alcantarillas. Somos los primeros fabricantes de galpones o estructuras premoldeadas de hormigón para naves industriales y viviendas”.

 

 

 

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EB: Miremos juntos el mapa de la Argentina mentalmente: estamos lejos de Río Negro, y Río Negro esta mucho más cerca de la provincia de Buenos Aires y del conurbano.

 

AS: Bueno, si usted quiere, con respecto a Buenos Aires, puedo decirle que nosotros le hemos vendido a Trenes Argentinos toda la apostación para el tren eléctrico Mitre.

 

EB: ¿Cómo se logra eso? ¿Cómo se maneja la lapicera para poder ser competitivo?

 

AS: Tengo un slogan: no hay que comerse a los chicos crudos. Hay que pretender cubrir los gastos, y ganar lo suficiente como para seguir adelante. No porque uno tiene una trayectoria mejor o peor deja de competir todos los días, y, a veces, contra uno mismo, con la innovación, con la producción, con la calidad. Esas cosas marcan la diferencia.

 

EB: ¿Se puede decir que habría que tener eficiencia en los costos y paciencia en la rentabilidad?

 

AS: Yo creo que es así, exactamente. Por ahí pasa la cosa.

 

EB: En el año 2002 cuando arrancó con Hormicon la Argentina no estaba pasando por un momento fácil. Veníamos del desgarro social ocurrido en 2001. Me interesa saber la mirada de aquel año 2002 en cuanto al largo plazo. ¿Qué pensó en el momento en el que se diversificó en un contexto tan hostil para la economía?

 

AS: Bueno, yo venía desde el ’98 con una empresa con la que no nos iba mal. Pero confié mucho en la política del gobierno provincial y cómo venía encarando lo que era la obra pública, a qué apuntaba: a lo social, la obra pública para lo social. Me voy a extender un poco: la obra pública puede tener mucha o poca ocupación de mano de obra. En el 2002 vi que al Gobierno de la Provincia le interesaba la construcción de viviendas, de escuelas, de salas de primeros auxilios y de comisarías. ¿Qué es eso? Son pequeñas obras que llevan soluciones a los pueblos que generan mucha mano de obra. Nosotros siempre tuvimos la preocupación por la ocupación, porque cuando cae la ocupación crece el delito. Ahora bien, nosotros también hacemos obra vial. La obra vial insume poca mano de obra, mucho combustible y asfalto. A mí me interesaba la obra pública en el rubro arquitectura y vivienda porque analizaba lo siguiente: este Gobierno va a seguir haciendo obras chicas en el interior de la provincia. Hay que dejar en claro que la obra pública no es un gasto: es una inversión. Lo que el Gobierno invierte en un pueblo lo usa luego el que trabaja en la obra y es del pueblo, el almacenero, el de la farmacia; queda la plata en el pueblo. El ferretero que antes le vendía a los que armaban una casita de madera y ahora está vendiendo hierro para otras cosas. ¿Y eso en qué me hacía pensar? Que era una política que iba a seguir. Y gracias a Dios el Gobierno la siguió implementando.

 

EB: Política que va generando además una acumulación.

 

AS: Todo queda, todo se recicla en el pueblo. Sale de las arcas de la Provincia y queda en el pueblo, y le queda algo al pueblo. Bueno, por eso era que veía de no apuntar más a la obra vial que a la obra de arquitectura y vivienda. Eso fue lo que me hizo armar Hormicon y confié mucho en la Provincia, y sigo confiando en ella, porque tiene un rumbo trazado que lo viene cumpliendo. Mire: una obra en el kilómetro 18 de Puerto Piray. Un CAP que ya se estaba cayendo. Bueno, se hizo todo el proceso como corresponde y nos pidieron celeridad. En 90 días nosotros terminamos. Fue un solo capataz: el resto fue toda gente de allí, del kilómetro 18 de Puerto Piray. Y le quedó un CAP a la comunidad, le quedó algo. Pero ese CAP no es sólo lo edilicio: fue el sillón para el odontólogo, todo el mobiliario. ¿Qué necesita ese CAP? Enfermeras, que son de esa comunidad. El médico. Entonces, comienza a girar una rueda: son sueldos que se empiezan a gastar en ese mismo lugar…

 

 

EB: El carnicero tiene más gente asalariada que puede comprar en ese lugar.

 

AS: … exactamente, gente que está gastando, y está mejorando, y en vez de estar carpiendo el liño de tabaco, está jerarquizando. Es decir, la Provincia, con este tipo de cosas, nivela para arriba, no nivela para abajo.

 

EB: Además, el hecho de utilizar un CAP también implica no tener que recurrir al hospital y poder descargar y descentralizar la atención médica.

 

AS: Exacto. Ese CAP tiene ambulancia, tiene los agentes de salud, tiene todo para mejorar a la población.

 

“Lo que el Gobierno invierte en un pueblo lo usa luego el que trabaja en la obra y es del pueblo, el almacenero, el de la farmacia; queda la plata en el pueblo. El ferretero que antes le vendía a los que armaban una casita de madera ahora está vendiendo hierro para otras cosas”.

 

 

EB: Bien podemos decir que la construcción es una de las semillas de un círculo virtuoso, cuando además se puede sostener a lo largo del tiempo.

 

AS: Si. La construcción, de movida, mueve 70 industrias, por eso se le dice madre de las industrias.

 

EB: Si sacamos una foto, ¿Cómo está la construcción hoy más allá de la obra pública? Como rubro de la economía en general.

 

AS: La construcción está en un momento espléndido. Está muy bien porque hay varios factores, y la pandemia fue uno de los que colaboró: al no poder salir, no poder viajar, la gente está moviendo su dinero en ladrillos. Hoy estamos con materiales a valor dólar oficial y metro cuadrado a dólar blue. Esa es la realidad: se está construyendo al 50% de costo. No es un puré financiero, no es con los bancos, es invirtiendo, dejando cosas. La construcción viene atravesando momentos difíciles con el abastecimiento, por dos motivos. Uno, la gente se lanzó a construir de forma privada y eso dinamizo. Pero el otro motivo de la falta de materiales es que hubo un periodo en el que los industriales no supieron qué hacer, al principio de la pandemia, y se desabastecieron. Cuesta mucho levantar y tener stock nuevamente.

 

EB: ¿Una interrupción del ciclo productivo va más allá de lo que haya durado esa interrupción?

 

AS: Mucho más, y mucho más porque hay materiales que necesitan estacionamiento, materias primas para cuya provisión se depende de otros, con lo cual hay que recomponer la materia prima primero y luego empezar a fabricar. Hoy las acerías, como Acindar, están con 90 días de retraso. Los fabricantes de cerámica roja a lo largo de 90 días agotaron todo su stock y cuando se dieron cuenta no tenían la materia prima acopiada para ponerse a producir y hoy cargan los camiones sobre caliente. Y eso da la pauta de lo que se está consumiendo hoy.

 

 

EB: Hay incertidumbre con lo que puede ocurrir con la enfermedad en el 2021, y si eventualmente puede haber rebrotes o nuevos aislamientos. ¿Hubo un clic en la cabeza de estos industriales proveedores de materiales de construcción para prevenir y curar esa situación de desabastecimiento en el futuro?

 

AS: Yo creo que el Gobierno Nacional ya puso un punto sobre la i con la Ley de Abastecimiento. Les obligó a empezar a producir. No todos están produciendo a la capacidad que tienen de producir, pero ya están poniéndose al día. Y con la experiencia que tuvieron de parar la maquinaria y que les resulte más caro el reinicio, no creo que lo vuelvan a hacer. Yo creo que los industriales han tomado conciencia de que no fue bueno lo que hicieron. Que después jueguen con los precios y esa historia, no es mi tema. Lo que pasa es que todo eso se traduce a precio y va en contra del sistema.

 

EB: ¿Cómo fue trabajar desde el 17 de marzo en adelante? ¿Cómo fueron las primeras semanas? Y antes de contestarme eso, quiero saber la primera sensación o idea que se le cruzó por la cabeza, en lo personal, en la intimidad, cuando en la radio, en internet o en un diario de papel se enteró que el 17 de marzo se paraban todas las actividades.

 

AS: Yo vine en el último vuelo que venía de Buenos Aires para acá, y realmente era alarmante, porque nos crearon miedo. Pero yo ya soy una persona grande, así que tenía que tener cuidados, no los mismos que tiene que tener la gente joven. Nosotros paramos totalmente 15 días la empresa para preservar a los empleados. Hoy todavía tenemos empleados que no están prestando servicio, porque tienen más de 60 años, además de ser empleados antiguos de la empresa. Pero acá se marca muy claro que la medicina no se equivoca: cuando te dice lávate las manos, ponete el barbijo todo el día, y usá todos los elementos de seguridad que están normados, no pasa nada. Nosotros tuvimos un solo caso de aislamiento de un empleado por la señora contrajo y se lo aisló. Pero un solo caso sobre 350 empleados. Hoy estamos con 350 empleados. Llegamos a tener 780, en la mejor época del 2015.

 

EB: Me imagino que ese será un número elástico que dependerá también de la cantidad de obras que haya al mismo tiempo. Pero hoy la planta es de 350 personas.

 

AS: Nosotros sufrimos un golpe muy grande durante cuatro años que nos tuvimos que sostener con el dinero de la Provincia nada más. No vino dinero de la Nación. No hubo más viviendas. No hubo obras de saneamiento salvo la obra de la Chancha. La Provincia estuvo muy aislada de los recursos de la Nación. Pero la Provincia se sostuvo. Por eso hoy tenemos este nivel de ocupación, por los recursos de la provincia. Hoy todavía estamos con las consecuencias de esos cuatro años en los que la Nación no nos aportó nada. Dejó de hacer vivienda. La Constitución reza que la vivienda es digna para el ciudadano. Y creo que mandó 160 millones de pesos en 2017, para lotes con servicios. Eso es lo que mandó la Nación, y algunas escuelas que vienen con créditos BID, nada más. Gracias a Dios todo se va a empezar a mover. La Nación ya está firmando convenios con las provincias de reactivación de obras de vivienda, más escuelas y obras que van a mover mucho la construcción. El año que viene va a ser muy bueno para el sector.

 

EB: En los últimos días tuvimos la no muy grata noticia del veto presidencial a lo que se vislumbraba como la posible Zona Libre Aduanera en el territorio misionero. Un panorama de esas características, una zona libre aduanera, ¿cómo repercutiría en la construcción en general?

 

AS: Vendría muy bien. Compraríamos y venderíamos sin los impuestos nacionales. Y tenemos la desventaja de que la coparticipación de los impuestos nacionales que enviamos a Buenos Aires es mucho menor de lo que viene, entonces todo ese dinero quedaría circulando en la provincia. Eso sería excelente. Ahora vamos a ponernos en abogados del diablo: era inviable esa ley redactada de la forma que exigieron las otras provincias para que se incorpore al Presupuesto. Provincias como Mendoza, San Juan o Jujuy no tienen comercio bilateral, están a kilómetros de la frontera, lo que hacen ellos es contrabando de electrónica y algunas otras cosas. No tienen la necesidad que tenía nuestra Provincia. Y estoy orgulloso de la decisión del Gobierno de seguir sosteniendo el puente cerrado, no sólo por lo sanitario, sino por lo económico. ¿Cuánto creció la facturación de los comercios locales y cuánto le redunda eso al estado Provincial? Yo tengo la seguridad, porque lo veo a diario con las obras, que vuelve. Podemos dar  ejemplos. La transformación de Posadas en un año muestra a las claras dónde está el dinero de los impuestos de Posadas.

 

 

EB: En este tipo de empresas siempre estamos hablando de una gran cantidad de empleados. Detrás de cada empleado hay una familia. ¿Cómo se va a dormir todas las noches con esa responsabilidad?

 

AS: Como empresa tenemos responsabilidad social empresaria. Nos duele mucho despedir un obrero, por eso es que buscamos alternativas todos los días. Siempre estamos muy esperanzados en que el Estado va a sacar algo nuevo para dar ocupación. Hablamos con la gente acerca del cuidado del trabajo, del por qué están ahí. No tenemos rotación diría, sino un largo tiempo de cada obrero en nuestra estructura. No obstante, el gremio de la construcción tiene un sistema muy sabio que es el del Fondo de Desempleo.

 

EB: ¿Es ese un sistema “exportable” a las otras actividades de la economía?

 

AS: ¡A todas! Nosotros hacemos todos los meses un aporte del 12% del sueldo a una cuenta que es del obrero, exclusiva del obrero, en el banco, que se capitaliza por UVA, es decir que tiene capitalización diaria, no es dinero muerto. Eso es más que la indemnización de un sueldo por un año de trabajo. El obrero no tiene que ir a juicio, ni a pelear, porque eso hay que depositarlo, y si no se lo deposita el IERIC (Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción) aplica una multa. Es un sistema buenísimo, porque a los 65 años cuando se va a jubilar, no se le dice al obrero “Muchas gracias por haberme acompañado hasta ahora”. Se le dice “Tome su tarjeta, vaya al Banco Nación y cobre su dinero”. Eso, por un lado. Por el otro, cuando el patrón tuvo un problema en su comercio y lo tiene que despedir, no tiene por qué sacar dinero del bolsillo, porque ya lo tiene depositado en el banco.

 

EB: Tampoco hay que pisar un tribunal porque no hay litigiosidad.

 

AS: Nada, no hay litigiosidad, porque si usted no le deposita el IERIC le cae con una multa automática. Es un sistema que creó la Cámara Argentina de la Construcción y la UOCRA con el Gobierno de aquel entonces, que si lo copiaran muchos tribunales no tendrían que estar.

 

EB: Lo importante es que, me parece, se dinamizaría mucho más el empleo registrado.

 

AS: ¡Seguro! Y al Sindicato de Comercio, por ejemplo, le sería mucho más fácil controlar.

 

EB: Usted es mendocino, está en la provincia desde el 77.

 

AS: Vine por tres meses, gané un concurso en la Municipalidad.

 

EB: Vino por tres meses y se hicieron 44 años. 44 años de trabajo, muchos años de empresa, toda una trayectoria ya hecha… ¿Por qué se levantó a trabajar esta mañana?

 

AS: Porque tengo mucha esperanza y tengo mucha fe en el país. Y creo que tengo una necesidad de estar activo. Yo ya a mi edad podría estar en casa con una jubilación. Todavía no me jubilo. Tengo mucha esperanza y quiero aportar algo al país y a la provincia, y al municipio donde estoy arraigado y que me dio tanto.

 

 

EB: ¿Algún desafío pendiente?

 

AS: Sí. No es para mí. El desafío más grande que tengo es que los hijos de la gente que colabora conmigo, de todos aquellos que me acompañan, estudien. Sea de la clase educativa a la que pertenezcan. Es algo que siempre propiciamos. Que la educación sea un puntal, y colaborar con ese tema, fundamentalmente. No vamos a escatimar esfuerzos para colaborar con la gente más joven para que se prepare. El desafío no es la pala y el pico. Está en otro lado: es la educación.

 

 

EB: Hay unos nietos por ahí… ¿cuántos son?

 

AS: Tengo 3 hijos y 7 nietos desde los 2 hasta los 20 años.

 

EB: Allí está la cámara. Ahí están los colegas, los clientes, ciudadanos de Posadas y de la provincia. Estamos cerrando un año difícil, estamos abriendo otro con muchas incertidumbres, y la gente quiere escuchar lo que nuestros dirigentes y empresarios piensan, opinan, sienten. Cerremos el año.

 

“El desafío más grande que tengo es que los hijos de la gente que colabora conmigo, de todos aquellos que me acompañan, estudien. (…) No vamos a escatimar esfuerzos para colaborar con la gente más joven para que se prepare. El desafío no es la pala y el pico. Está en otro lado: es la educación”.

 

AS: Bueno, a los clientes, a los colegas, a los amigos, que, gracias a Dios, esta provincia me ha dado muchos; despidiendo este año tan difícil, pero que nos dejó tantas enseñanzas, que nos unió en un montón de cosas. Primero que todo, quiero desearles lo mejor para este fin de año y esta Navidad, y que tengamos todos los habitantes de esta tierra, un exitoso 2021. No bajen los brazos. Seguimos de pie. Todos los días nos levantamos con ganas de hacer algo. En esta oportunidad tengo que usar una frase de un viejo amigo, ya retirado, que dijo “Le tengo que agradecer a Dios haberme hecho constructor”. Es un orgullo para mí poder estar en el ejercicio de esta profesión. Gracias y un fuerte abrazo a todos.

 

EB: Gracias Alberto, muchas felicidades.

 

Hormicon S.R.L.

Av. Santa Catalina 2658, Posadas, Misiones, Argentina.

www.hormiconsrl.com.ar

[email protected]

 

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