La carrera hacia la competitividad de la foresto-industria

 

Los grandes, medianos y pequeños empresarios del sector de la foresto-industria lograron en el 2017 sentar la bases de los puntos prioritarios a trabajar para recuperar competitividad y ganar mercados, por medio de la conformación de una Mesa Nacional de la Cadena Foresto-industrial que está encabezada y promovida, por primera vez en la historia de esta actividad, por un presidente argentino.

Mauricio Macri, a través del ex presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Miguel Etchevehere, movió varias piezas como un juego de ajedrez durante el último semestre del 2017, donde identificaron las grandes potenciales de la industria de la madera como motor de desarrollo para las provincias forestales a través de la construcción de viviendas sociales en la obra pública como una política de Estado, donde las esperanzas del sector privado están puestas en comenzar el 2018 a transitar este camino, con el compromiso de sostener la producción forestal, invertir y generar fuentes de trabajo.

Etchevehere cierra el año asumiendo como Ministro de Agroindustria de la Nación, y convocó a sumarse a su gabinete a quien fuera el CEO de una de las principales empresas forestales madereras de la provincia de Misiones (Puerto Laharrague, Moconá SA, Laharrague-Chodorge), Nicolás Laharrague.

Las expectativas para alcanzar el desarrollo del potencial sectorial, y la recuperación de los mercados están puestas al 2018. El principal desafío será recuperar competitividad, y las expectativas están puestas en las políticas anunciadas para promover el uso de la madera en la construcción, planificar mejoras en la logística y la reforma fiscal y laboral con algunas medidas que serían un aliciente para esta actividad.

El mayor reclamo, la millonaria deuda de planes forestales con los productores con la operatoria de la Ley 25.080 que tiene plazo de vigencia a diciembre de 2018, por lo tanto este año deberá definirse por un proyecto de Ley de prórroga de la normativa o con modificaciones para orientar los fondos de la promoción hacia inversiones en la industria de la madera.







Por otro lado, desde las empresas deberán mejorar y modernizar la gestión con incorporación de las nuevas tecnologías, responder con calidad en la producción de madera para la construcción de viviendas, sostener la formalidad laboral y el empleo, realizar inversiones en energías renovables, asumir compromisos en la agenda global de la sostenibilidad ambiental para la mitigación del Cambio Climático, entre otros compromisos asumidos en la mesas de consenso de la que participan el sector público y privado.

La cadena de valor foresto industrial tiene la capacidad de ofrecer soluciones competitivamente económicas, eficientes, sustentables y de calidad a los desafíos que la Argentina enfrenta en materia de déficits habitacionales y de infraestructura. En adición a esto, el uso de madera en la construcción asegura dos ventajas estratégicas alineadas al desarrollo económico. En primer lugar, es un vector clave para favorecer el desarrollo de economías regionales postergadas, creando empleo y valor agregado en las regiones y para las regiones. En segundo término, es una opción sustentable, sostenible y de menor consumo energético.

En la Argentina existe un déficit habitacional que ronda las 3,5 millones de viviendas.  Esto es un 25% de los hogares de acuerdo al censo 2010. En el NEA, el déficit supera el 50%. En el NOA, se acerca al 40%, informaron oportunamente desde la FAIMA.

Pero las perspectivas futuras aun presentan un escenario complejo. “Creemos que las oportunidades a mediano y largo plazo aparecerán más rápido en la medida que mejore el acceso al crédito con tasas razonables, disminuya la presión tributaria, tengamos mayor simplicidad normativa en términos fiscales, baja de la inflación y aumento del consumo. Creemos que el año próximo también será un año de cambios positivos en dirección al desarrollo”, sostuvo el gerente de Administración y Finanzas de Laharrague-Chodorgue (Montecarlo), Carlos Adrián Grosse.

Desde el Estado provincial y nacional avanzaron en 2017 en el diálogo para destrabar algunos de los aspectos postergados para la competitividad de los madereros, como ser aspectos de mejoras en transporte, infraestructura y política tributaria, principales factores que han desalentado la actividad durante varios años.

La mayor expectativa sectorial está puesta en las políticas que se impulsan para promover el uso de la madera para la construcción de casas y para la industria del mueble. “Creemos que el escenario es muy bueno y los pasos que se están dando son correctos”, sostuvo Grosse.

Por su parte, la directora de Valerio Oliva Forestal SA, Silvina Oliva, indicó que “desde el Estado se deberían ver puntualmente programas de largo plazo para tener alternativas a los monopolios de energía y logística. Hoy, si queremos utilizar otro medio que no sean los camiones para trasladar nuestra mercadería, no tenemos. Necesitamos trenes, barcos, con servicios eficientes para trasladar en tiempo y forma nuestros productos. La posibilidad de llegar a otros mercados también se nos ve truncada principalmente por esto. Los costos son muy altos”, dijo frente a las nulas  opciones que quedan para sortear esta realidad desde una provincia que tiene altas distancias a los principales centros de consumo.

 

Agenda de diálogo con Estado

  • Intervención para reducir costos logísticos
  • Líneas de crédito
  • Acelerar los reintegros a las exportaciones y devolución de IVA compra.
  • Romper la burocracia paralizante del Gobierno Provincial.
  • Reducir la carga impositiva.
  • Volver a unificar la gestión de bosques nativos e implantados.
  • Agilizar los pagos de incentivos forestales de la Ley 25.080.

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