Enesto Engel, artista misionero: “El criptoarte es una nueva manera de hacer arte y va a convivir con el arte tradicional”

 

Ernesto Engel es el artista plástico misionero que se involucró de lleno en la revolución del arte digital y hoy nos describe su experiencia, habla de su amplia trayectoria profesional y nos brinda su visión sobre el trabajo de los jóvenes que recién se inician en la disciplina.

 

 

Florencia Scromeda: Ernesto, me gustaría iniciar esta conversación con vos, retomando el tema por el que fuiste noticia las últimas semanas, a partir de la quema de diferentes obras para convertirlas en criptoactivos coleccionables. Contános de qué se trata el criptoarte, esta revolución de la era digital, y cómo es que incursionaste en este mundo de la tecnología.







 

Ernesto Engel: en principio es un mundo de jóvenes, así que lo que ocurrió fue que, a raíz de mi trabajo como artista que ya lleva muchos años, los jóvenes que son los integrantes de una empresa que se llama “Black Panther Group”, me visitaron y me hicieron la propuesta de hacer 25 obras con mates.

 

Serían 24 obras con mates que representaría, cada uno, a una provincia argentina, y el número 25 representando al país. En realidad, me pareció un mundo nuevo al que yo ni siquiera había prestado atención. Yo tengo la idea, aunque parezca medio loca, pero creo que no estoy equivocado, de que vivimos en mundos paralelos, que muchas veces no se juntan.

 

Ese mundo de las criptofinanzas y el criptoarte es un mundo muy nuevo en el que están metidos los jóvenes y que los demás a veces ni siquiera lo miramos. A mi me entusiasmó, en primer lugar, la posibilidad de tomar ese tema que yo, naturalmente, no hubiera tomado. Y me pareció que me iba a divertir haciendo esas obras. O sea que yo partí desde ese punto y desde el punto que yo tengo desde hace mucho, que es que sé que no hay que cerrar las puertas antes de oír las propuestas, que muchas veces se nos presenta una propuesta de un mundo que no es conocido. Lo primero que hacemos es decir “No no, esto no es para mí”, y creo que mi mérito es ese, no haber dicho que no, y el otro mérito es que yo tenía una trayectoria previa a esto. 

 

 

Así que comenzamos a armar este proyecto, y cuando yo me puse a investigar sobre lo que pasa con el criptoarte, me di cuenta que hay obras que se vendieron inicialmente por 40 dólares, como hay un caso de eso, y que ahora la obra vale 100 mil dólares. Y entonces mi duda era qué hacía yo con el original, porque yo no tengo la infraestructura como para preservar obras que puedan llegar a valer tanto dinero, porque debería tener cámaras con temperatura constante, con humedad constante, seguros, e iba a ser una complicación en mi vida, y a raíz de eso yo dije “No, si se venden las quemo”, de tal manera de evitarme el problema de tener que conservarlas, por cosas que ya no son mías. 

 

Y yo decidí eso por una cuestión práctica. Y después investigando nos encontramos que había solamente un artista inglés que había hecho eso, y que yo iba a ser el segundo en el mundo, y el primer latinoamericano en hacerlo. Y bueno, yo me puse a trabajar muy entusiasmado, y para el primer evento que tuvimos, el 1 de octubre, nosotros tenemos digamos como misión, acá en el emprendimiento que llevamos adelante con mi señora, de hacer un arte que esté enraizado con lo nuestro, respetar lo que hubo antes, y en ese marco del respeto y rescate de tradiciones antiguas, hace 11 años nosotros decidimos, en el 2010, hacer por primera vez la celebración del Karaí Octubre, que es una celebración que es criolla en realidad, que tiene un poco de guaraní y de español también, porque karaí es guaraní y octubre es español. 

 

Y nosotros teníamos medio preparado ese evento, que el único año que lo podíamos hacer fue el año anterior por la pandemia. Así que calzó todo de la mejor manera para poder quemar esas cuatro obras, las cuatro primeras en ese evento.

 

Ernesto Engel

Ernesto Engel, artista misionero.

 

Nos costó bastante hacerlo, porque los protocolos eran muy exigentes, y ante un hecho de esa magnitud, debíamos cumplir con todo lo que nos exigían las autoridades. Tuvimos la suerte de la presencia del intendente y del vicegobernador en ese evento, y en la tarde, ya se habían vendido todas las tarjetas. Nosotros le pusimos de precio 100 dólares, de los cuales un porcentaje es para la empresa, y el porcentaje mayor para mí. Se vendieron en la tarde, las obras se quemaron a la noche. Y en el momento de la quema había una que ya estaba en 1900 dólares. Y bueno, fue todo así, muy loco si se quiere, o muy loco para mi que soy un hombre ya grande. 

 

F.S.: Recién hablabas de todo tu trabajo, de la trayectoria que está detrás de cada una de estas obras que hoy tenés en esta casa. A partir de esta primera experiencia de la transición de las obras a las plataformas digitales, ¿Creés que este fenómeno del criptoarte se trata del futuro del arte, o más bien de una moda temporal?

 

Ernesto Engel: yo estimo que, por lo que sé de la historia del arte que la estudié en profundidad y a toda la historia del arte, me parece que es una nueva manera de hacer arte. Creo que va a convivir con el arte tradicional, creo que va a tener gente que va a defender a capa y espada el criptoarte, y otra que se va a poner en contra totalmente como pasó con todas las corrientes artísticas a partir del impresionismo que, así como tuvo grandes defensores, tuvo grandes detractores en su momento, ni siquiera ese arte pudo estar expuesto en las galerías de París en su momento.

 

Entonces creo que el arte en realidad avanza porque quiebra reglas, yo creo muchas veces que los artistas, de no ser artistas, ¡seríamos quizás delincuentes, porque nos gusta romper reglas!. Y la regla se rompe porque aparece una nueva corriente, la regla se rompe porque la gente decide utilizar materiales que no estaban originalmente destinados al arte. Hay artistas que ocuparon basura para hacer arte, resignificaron la basura, lo que es fantástico, y esto yo creo que llegó para quedarse, y de alguna manera está produciendo un quiebre de alguna manera que todavía no podemos vislumbrar. Yo no creo que sea una moda, pero puedo estar equivocado.

 

Ernesto Engel, artista misionero.

 

F.S.: Retomo esto que decís de la historia del arte, y quiero seguir por la línea de la historia aprovechando este espacio, pero para conocer tu historia personal. Contanos cómo te iniciaste en este mundo del arte.

 

Ernesto Engel: Bueno yo en realidad de joven quería ser arquitecto. Intenté estudiar arquitectura y no pude porque mi familia no tenía dinero. Me fui a estudiar a Rosario y tuve que volver, y ahí intenté entrar al Montoya porque me interesaba la escultura, que era lo más parecido a la arquitectura dentro de las artes del espacio. Y no pude entrar porque yo tenía un título de maestro mayor de obras, título de escuela técnica, y con el título de escuela técnica no se podía estudiar arte cuando yo era joven. 

 

Así que al año siguiente volví a intentar y por insistente me permitieron entrar condicional. Y en agosto llegó la autorización de Buenos Aires, así que me tocó ser el primero en muchas cosas. Soy el primer recibido de una carrera de arte con título técnico de base, el primero del país; después en el desarrollo de mi carrera como estudiante, me fui interesando más por la pintura, y la abracé allá lejos y hace tiempo, y bueno, en algunas épocas de mi vida hacía arte paralelamente con mi actividad como docente. 

 

Yo fui directivo de la Universidad del Salvador acá en Posadas, llevé la administración del Instituto Montoya durante mucho tiempo, fui docente de los talleres de la UNAM también, y en el 2004 que se produjo un quiebre en mi estado laboral, decidí llevar mi vida de lleno al arte. Y desde el 2014 solamente hago arte y enseño arte. Yo creo que soy bueno haciendo arte, no mejor que ninguno de los buenos maestros que tiene la provincia, pero creo que mi mayor don es saber enseñar arte. Creo que tengo ese don de poder hacer florecer el arte en otros, y eso me encanta.

 

F.S.: Después de haber construido innumerables obras, ¿hay alguna, o algunas, que marcaron o representan de alguna manera tu «ser» de artista?

 

Ernesto Engel: Creo que de alguna manera todas, porque muchas veces nosotros creemos que somos de una manera y en realidad somos de muchas maneras. Uno tiene amigos para escuchar música, tiene amigos para hacer deporte, tiene amigos de familia, tiene amigos de asado, y entonces en la vida cotidiana de todos nosotros hay muchas facetas de cada uno, así que yo creo que lo que hago me representa en algunas de las facetas que yo tengo. 

 

Ahora en este momento te diría que lo que más me gusta hacer es el paisaje que yo hago, donde me enfoco mucho en la resolución de agua y las cosas que el agua refleja, porque el agua de nuestros ríos y arroyos no refleja solamente el cielo, refleja a veces lo que está atrás, lo que está afuera del cuadro. Y entrar a descubrir ese mundo y entrar a descubrir la inmensa variedad de verdes que nosotros tenemos, a mi me resulta fascinante. 

 

Siempre recuerdo que Ramón Ayala tiene un tema de su autoría que dice “verde gris, verde brillante” en una parte del texto, y el verde, cuando le da el sol, es gris. La gente cree que es verde claro, y no es verde claro, es gris, se transforma en gris. Y depende de la característica del vegetal, refleja el cielo. Cuando las hojas son lustrosas reflejan el cielo, y cuando están mojadas por la lluvia despliega en ellas otro montón de colores como se despliega cuando la luz pasa por el prisma de cristal que se descompone en 7 colores. Eso pasa en el monte, y pasa cuando llueve, y es interesante mirar, por lo menos para mí. Eso me gusta mucho hacer.

 

Ernesto Engel en su taller de pinturas.

 

F.S.: Durante el transcurso del último año y medio, casi dos años, todos vivimos un contexto muy particular a causa de la pandemia, que afectó los diferentes rubros de distintas maneras. ¿Cómo impactó en el mundo de los artistas, y cómo afrontaste vos esa situación?

 

Ernesto Engel: No puedo decirte cómo impactó en el mundo de los artistas, puedo decirte cómo impactó en mí. Yo hace muchos años, te diría que 40 años como mínimo, que vengo observando la relación que tiene el hombre con el tiempo y el espacio. La primera vez que la relación del tiempo y del espacio del hombre se rompió, fue con la Revolución Industrial. Y el común de la gente no observa eso, pero hasta en la Revolución Industrial el hombre podía trasladarse en lo que le permitían sus piernas o un caballo. O sea que el mundo era chico, y el tiempo era largo. 

 

Vos sos muy joven, pero hace unos años la gente podía sentarse en la vereda de noche, había tiempo. Ese tiempo fue desapareciendo por diferentes motivos, y cada vez se fue acelerando más.

 

Otro quiebre grande fue la década del 60 cuando apareció la computadora, y otro quiebre todavía mayor en el 90 cuando apareció internet. O sea que, de golpe, nosotros hasta el 2019 vivíamos con muy poco tiempo y en un espacio extremadamente grande. Vos podías ir de acá a China en 12 horas. Y de golpe, de un día para el otro, eso se cortó, se invirtió, y entonces nos encontramos con todo el tiempo, y sin espacio, y eso es extremadamente conmocionante. 

 

Nosotros tuvimos la suerte que nos tocó ya siendo mayores, no tenemos niños qué atender, entonces para nosotros fue un tiempo muy lindo, pero esa es una situación particular nuestra porque tenemos un espacio amplio, un lindo jardín. Yo aproveché para investigar, descubrí maneras para trabajar el vidrio, porque yo trabajo el vidrio, maneras nuevas de trabajarlo, o sea que para mi fue altamente productivo. Y aparte yo hacía mucho que había dejado de salir. 

 

A mi me gusta mucho estar acá, no me gusta ir al centro, trato de no ir, entonces no me afectó tanto, al contrario, fue lindo. Pero se que es una situación particular, me imagino que para unos padres con 3 o 4 chicos en un departamento debió haber sido terrible. Así que eso es lo que puedo decir.

 

F.S.: Ernesto estamos finalizando un ciclo, y es inevitable no hacer un balance, y justamente la producción de este Anuario busca ver cómo impactó lo vivido en cada uno de los empresarios y, en este caso, el artista. ¿Qué objetivos planteados al inicio de este año pudiste cumplir y cuáles creés que te quedaron pendientes?

 

Ernesto Engel: En realidad cumplí mucho más de lo que tenía planteado porque este proyecto me cambió la vida, empecé a ver la vida desde un lugar distinto, así que no puedo decirte que haya habido algo que yo me planteé a principio del año que no haya cumplido, en realidad cumplí todo. 

 

Yo sé hace mucho tiempo que uno tiene que vivir el presente, que hay que estar presente la mayor cantidad de tiempo posible. Mi señora y yo, los dos meditamos todos los días para poder vivir el presente, entonces tampoco hay nada que quede en el tintero, porque la verdad es que llevamos una buena vida, tenemos buena comida, tenemos buenas comodidades, tenemos un lindo jardín, tenemos agua corriente, que a veces no valoramos esas cosas porque están ahí todo el día. 

 

Hay todo un estudio científico sobre eso que es muy largo de enumerar, pero no, yo no creo que me haya quedado nada porque disfruto de cada momento que me toca en el día a día.

 

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F.S.: Te voy a invitar a despedir el año dirigiéndote a la cámara.

 

Ernesto Engel: Me gustaría dirigirme quizás a toda esa gente que tiene prejuicios con el tema del arte, a veces un joven que quiere hacer arte se encuentra con la familia que no está tan de acuerdo, porque se dice que no se puede vivir del arte. 

 

Yo creo que no es así, creo ser un ejemplo de que se puede vivir del arte, entonces, por ahí lo interesante de los jóvenes, que deberían hacer los jóvenes, es buscar formarse un poco en la manera de presentarse al mundo como artistas. 

 

En general el artista joven está esperando que lo reconozcan. Nadie lo va a reconocer si él primeramente no se considera como artista, creo que por ahí pasa, por hacerse cargo cada uno de lo que es y a partir de ahí lanzarse al mundo que, si uno trabaja seriamente, puede llegar.

 

www.ernestoengel.com

 

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