¿Que nos deja el 2020 y que se espera a futuro?

Por Dr. Roberto Carmona (*)

 

En general cuando se empieza a hacer análisis de situaciones pasadas y estimaciones futuras, en términos económicos, estas se caracterizan por presentar una serie de variables que desalientan o que aburren y para eso ya el año ha hecho suficiente, por lo que en las siguientes líneas se plantearan inconvenientes y se buscara encontrarle la vuelta, como se suele decir, siempre esto es mucho más productivo.

Partiendo de lo global a lo local, ¿qué ha ocurrido a nivel mundial? . Sin lugar a dudas, hace un año, cuando se publicaban estas mismas líneas haciendo el balance de lo que había sido el año 2019, salvo la imaginación de un gran novelista, a nadie se le podría pasar por la cabeza lo que se venía.

Imaginar un  mundo golpeado y encerrado por un virus que afecta la salud de las personas con tanta crueldad y como consecuencia de esto, provoca la desestabilización de los sistemas de salud y la alteración de las variables macro económicos en cada uno de los países afectados, esto solo se podía pensar que ocurriría en alguna pesadilla. Pero no, ha ocurrido y se está transcurriendo, no se sabe si es el inicio, es la mitad del camino o el final de la pandemia, pero el solo hecho de estar, ya es bueno.







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En términos económicos, y como se puede apreciar en el siguiente gráfico, por regiones en el mundo las caídas  del PBI (Producto Bruto Interno), nos muestra una disminución que va del -1% en Asia Emergente y en Desarrollo al -10,2 % de caída en Europa.

¿Qué es eso del PBI? Y ¿Que significa una disminución en él?

La definición del PBI dice que es la suma de todo lo producido en bienes y servicios por un país o región en un periodo fiscal, sería algo así como la suma de sueldos que cobra una persona en todo el año, solo que hablando de los factores de la producción de cada nación. Y si, ahí se choca con la realidad, en la simplificación planteada y haciendo un promedio, el mundo en su conjunto bajaría lo producido en bienes y servicios respecto al año anterior, en aproximadamente un 6%.

Para América Latina y rescatando el ejemplo del salario y con la ayuda de los datos del gráfico, sería como que se redujeran los haberes, por cada $10.000 que se perciben a $9.000 de un año al siguiente, ¿no parece muy halagüeño, no?

Y esto solamente realizando el análisis de lo que deja el 2020 por la retracción económica en el mundo. Pero la Argentina lamentablemente y como dice el dicho, “sobre llovido, mojado” viene de varios años de caída en su PBI.

Como se puede apreciar en el próximo gráfico, en el año 2015 la Argentina tuvo un crecimiento de su PBI del orden del 2,7%, que fue revertido al año siguiente.

El 2016 registró una caída del orden del  -2,1 %, de ahí un pequeño revote para mostrar un incremento en el 2017. Pero desde entonces, esto es el año 2018 y el 2019 viene en caída libre su Producto Bruto Interno, del -2,5% y -2,2% respectivamente, para llegar a la desalentadora cifra que se espera para el 2020.

En 2020, cuando comenzaba el proceso de cierre de la economía por la llegada de la pandemia, se calculaba que la caída del PBI para la Argentina podría estar en el orden del -12% al -14 %. Ahora se tienen datos que indican que aquello no se cumplirá, por suerte.

Que este indicador, mostrará una caída de la economía, no cabe ni la menor duda, solo que la disminución del PBI se calcula llegara al -10%, que lógicamente es muchísimo, pero el hecho que no se haya cumplido los pronósticos hablan también de una buena noticia en el sentido de que paulatinamente, y a medida que se van retomando las actividades, merman las pérdidas de producción en bienes y servicios, y de a poco se va recuperando el mercado.

Pero lo señalado hasta ahora “va de mal en peor” como dice el dicho popular, y es así.

Fuente: Elaboración Propia, Base INDEC

 

Pero no todos son nubarrones, existen datos o indicadores para pensar que esto puede cambiar poquito a poco, en el mismo cuadro que se mostraba cuanto cayeron las economías según regiones se pueden apreciar las proyecciones para el año 2021, que señalan la posibilidad de recuperación de las economía mundial con una forma  de V corta.

Esto quiere decir que la economía está en su punto más bajo, toco fondo, no caería más de lo que lo ha hecho y que durante el 2021 empezaría a crecer significativamente dejando en los gráficos, como se observa, una forma de la letra V corta. Incluso más, hace tan solo un par de meses se decía que el crecimiento del PBI mundial no llegaría a recuperar todo lo perdido en el 2020 ahora y con la inyección (usando el doble sentido de la palabra) de optimismo que generan las diferentes vacunas que se han empezado a distribuir y aplicar a nivel mundial contra el virus del COVID-19, se señala todo lo contrario, esto es que el mundo durante 2021 tendrá indicadores de crecimiento que le permitan recuperar todos los guarismos negativos del corriente ejercicio.

¿Y eso, en que afecta al país?. Sin lugar a dudas son buenas noticias para la Argentina, entre tantas complicaciones, dado que ese despegue de la economía mundial provocara el aumento del consumo y con esto, se espera un incremento en la demanda de la producción Nacional, traducida, el mundo va a necesitar lo que aquí se produce.

Los cálculos indican que las exportaciones para países emergentes, como Argentina, pueden llegar a aumentar hasta un 9,5% durante el año 2021. Lógicamente eso implica los ingresos de dólares, y con esto el aumento de la producción interna íntimamente vinculada al aumento del empleo.

Tanto el PBI Brasilero como el de China han caído menos de lo que se esperaba y esto es altamente alentador, y se prevé, como indica el siguiente cuadro una fuerte expansión económica para los próximos años.

 

Proyección de Recuperación Económica

Fuente: Elaboración Propia, Fuente, Ecolatina, FMI, JP Morgan

 

El dato cierto que alienta las expectativas generadas se sustenta entre otras variables, en el precio internacional de algunos productos, como puede ser la soja. La cual se venía comercializando en un rango promedio de U$s 340 la tonelada, y a partir de mayo del 2020 comenzó un camino ascendente de su valor, tocando picos de U$s 440. No se puede hacer futurología, todo indica que si la producción se exporta, la liquidación de divisas garantizaría la descompresión de la crisis cambiaria, a nivel local.

En el desarrollo del análisis no se mencionan otros mecanismos de ingresos de divisas, como pudieran ser inversiones o préstamos internacionales. Si bien el mundo hoy tiene una muy baja o nula tasa de interés, por colocación de capital, se entiende que la Argentina no resulta atractiva en la elección de invertir, hasta tanto no regularice su situación con el FMI por los compromisos que tiene con ese organismo y aun después  por la falta de confianza (que se trasunta en el riesgo país tan elevado) y si bien el acuerdo se ha empezado a negociar, no estaría en breve, por lo que se descarta el ingreso de divisas por esta vía. Tratando de ser claro, hay que aprender a vivir con lo propio.

Otro de los datos que siempre se observa, es el tema de la inflación. Para el 2018 la inflación en el país fue del 47,7%; en el 2019 se tuvo un indicador de 53,8%, y el cálculo para este año da un 38,3 %. Y en este sentido, alguien que mira los datos fríos podría decir, pero bueno se bajó más de 15 % el índice inflacionario, y ahí es donde se debe considerar que se trata de un año de caída abismal de la economía donde los precios no deberían haber tenido ningún movimiento ascendente por la falta de demanda, todo lo contrario, al bajar drásticamente el consumos, se deberían haber acomodado los precios a la baja.

De una inflación del 3,3 % de marzo/20, esta caída en la actividad, retrajo para abril y mayo los porcentajes al 1,5%, pero los meses siguientes, el porcentaje empezó a subir, 2 % para junio y julio y así hasta llegar al estimado expuesto para este año.

Esto se debió, entre otros ítems, al incremento en que se debió incurrir durante todo el periodo, de la base monetaria. El gobierno debió recurrir a la emisión de moneda para asistir a vastos sectores de la población afectados por la pérdida de empleo directo o por la imposibilidad de desarrollar sus actividades y por consecuencia de conseguir ingresos.

Lo que se vera agravado el próximo año, porque se deben ajustar las tarifas de los servicios, que durante el 2020 quedaron relegados. Así, el Estado entrara en una disyuntiva de mantener y ampliar los subsidios a estos sectores o replantear la situación disminuyendo su asistencia, como seguramente se lo exigirá el FMI. Esto provocara un aumento de tarifas (ejemplo: aumento de boleto de colectivo, aumento de luz, aumento de combustible, etc.) que recaerá en el Índice de Precios Mayoristas (IPC).

Para el 2021 consultoras privadas calculan que la Inflación rondara el 50 % de incremento. Por otra parte, en la ley de presupuesto, el Estado Nacional realiza una estimación de la inflación del orden del 29 %, cuestión que sería sumamente difícil de cumplir y más atendiendo a lo indicado sobre el ajuste de tarifas.

De plantearse el panorama que se arriesga en estas líneas, sería lógico pensar en un índice inflacionario más próximo al 40 %, toda vez que se cumplan las variables  planteadas en materia cambiaria.

Vinculado a lo anterior, y entendiendo que el acuerdo con el FMI estipulara la retracción de la brecha cambiaria merced a incrementar el valor oficial de la moneda, los ingresos de divisas provenientes de las exportaciones de productos beneficiadas por las cotizaciones al alza de los precios a nivel internacional, cuya  liquidación se comienza a realizar a partir de marzo de cada año, alentara el incremento de las reservas del BCRA.

Esto aliviará la presión generada sobre el dólar dando paso a una paulatina confianza, y en la medida que el viento a favor que recibe el país desde el exterior con el aumento de los precios de los productos exportables continúe, dará paso a la posibilidad de ir desarmando paulatinamente las restricciones impuestas a la compra de moneda extranjera. Haber escrito los anteriores renglones, es riesgoso, puede ser caratulado de muy optimista, o de soñador, pero dice el dicho que “de razones vive el hombre, pero de sueños sobrevive”.

 

En Misiones, vocación por ocuparse

 

Se ha escuchado decir al Gobernador de la Provincia, y se entiende ha sido política de Estado, que «lo más positivo para el 2020 sería salvar la mayor cantidad de vidas posible». Después de transcurridos 10 meses de iniciada la pandemia, hay muestras que el objetivo, hasta ahora, se viene cumpliendo en el número de casos de COVID-19 en la región.

Esto que parece tan simple y esencial, puesto como misión suprema, es una señal clara de humildad y coherencia en un discurso político que podría perfectamente ser grandilocuente, pues Misiones presenta buenos indicadores en términos de cuidado de la salud como así también de las variables económicas en el comparativo  con el resto del país.

Pero muy alejado de aquella actitud, se ha apostado a la mesura y al trabajo cotidiano, al día a día, y eso, se entiende, es importante destacarlo en el año de la pandemia.

Desde el cierre de las fronteras por coronavirus, y gracias a datos obtenidos por el Ministerio de Hacienda Provincial, se pudo cuantificar el efecto causado por las asimetrías con Brasil y Paraguay. Países que siempre han tenido ventajas comparativas respecto a Misiones en lo económico, gracias a los sistemas tributarios de baja presión impositiva que tienen implementados, como así también por contar con mecanismos flexibles en el esquema de contratación laboral.

La conducción política provincial, concibió la idea de un Área Aduanera Especial, dando cuenta de una visión panorámica de las necesidades económicas de la región, formalizándose el planteo en el Articulo Nº123 del proyecto de presupuesto Nacional. Lamentablemente, este artículo fue vetado por la presidencia de la Nación, alegando que sería atentatorio del caudal recaudatorio en los 19 distritos en los cuales se podría implementar.

Este acto de revocar el artículo, ha causado un rechazo generalizado. Este proyecto había generado un clima de cohesión en la ciudadanía por la relevancia del tema y las implicancias para la región a futuro, que transmitía confianza en un mayor despegue económico de la provincia de Misiones.

Se estima las negociaciones continuarán y los estrategas que han diseñado el planteo, insistirán con algún mecanismo supletorio a fin de concretar el objetivo pospuesto.

Medidas como las analizadas, ratifican la necesidad imperiosa de contar con un plan de acción, un programa de gobierno a nivel nacional que considere y resguarde las economías regionales.

En ese sentido, Misiones puede ser adoptada como ejemplo de seriedad en el manejo de la cosa pública y definición de planes estratégicos sustentables de objetivos a Mediano y Largo plazo. Se erige como modelo a seguir, respaldado por el manejo de las cuentas fiscales con equilibrio.

Equilibrio fiscal que garantiza y prevé un alto caudal de inversión, que actúa como motora de la actividad económica. Y no solo en obra pública, sino en todas las actividades sustantivas exigidas a un Estado Provincial.

Como mero ejemplos ilustrativos, políticas económicas públicas desplegadas en las distintas actividades (agrícola, forestal, ganadera, industrial, turística, etcétera) con organismos que dan muestra de la puesta al servicio de los productores o emprendedores. O la visión a futuro en ítems como la Salud y toda la estructura sanitaria a lo largo de la Provincia, que posibilita diseñar y montar una logística para la distribución y aplicación de la vacuna contra el COVID en toda la región una vez que los proveedores cumplan con la entrega.

El centro del conocimiento y lo que se viene, aquello sobre lo que será el basamento del crecimiento económico futuro de la provincia, el Silicón Misiones. Esta herramienta, este concepto, se estima transformará a la región en un polo de desarrollo económico.

En estas líneas se busca mostrar la parte medio llena del vaso en lo económico, y lo positivo en términos de gestión, sabiendo de los inconvenientes y dificultades en todos los ámbitos.

Seguramente se puede realizar un listado de cuestiones a ser atendidas a nivel provincial, que tienen diferentes causas. Pero lo  que no se puede dejar de hacer es de reconocer que existe una vocación por ocuparse de los problemas de los habitantes de la tierra colorada.

 

 

(*) Contador Público. Magister en Gestión Pública.  Doctorando en Administración (Tesis en curso). Docente Investigador de la Universidad Nacional de Misiones (FCE – UNaM)

 

 

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