Hidrógeno y Amoníaco, el desembarco de la onda verde en Misiones

 

 

La green wave tiene su desembarco con el proyecto Hidrógeno Misiones que se desarrolla en el Parque Industrial y de la Innovación de Posadas. Esta alternativa energética que tuvo su debut este año se presenta como un posible combustible con proyección a gran escala que podría incluso utilizarse en el ámbito domiciliario.

 







 

El gas de propano y butano que se utiliza en los hogares e instituciones misioneras, tendrán al fin un aliado, pero generado a partir de energías renovables. Así también de forma pionera en el país se busca dotar al gas – hidrogeno verde obtenido a partir de la electrólisis-  de olor y color para, luego poder avanzar en un envase acorde, con las medidas de seguridad necesaria para su transporte y uso.

 

La decisión política de accionar ante la falta de gas natural tuvo ensayos exitosos y prometedores.

 

“Para gas domiciliario hicimos pruebas y en el uso de hidrógeno mezclado con gas butano y propano, el gas envasado que conocemos normalmente, funciona sin ningún tipo de problemas hasta un 30% de hidrógeno, sin modificar absolutamente nada en la cocina domiciliaria, como la conocemos normalmente. Así que esa etapa es una prueba superada”, explicó Christian Piatti, presidente del Parque Industrial y de la Innovación de Posadas (PIIP).

 

Actualmente la planta produce 1,3Nm3/hora de hidrógeno que se intentará ampliar a una escala de 5,3Nm3/hora de hidrógeno listo para ser utilizado.

 

En esa misma línea lo que se viene de aquí en más es la gestión de fondos para producir hidrógeno verde en grandes cantidades.

 

El plan es trabajar en más líneas de investigación sobre más formas de utilización del hidrógeno verde, como por ejemplo dentro de motores de combustión interna, para reemplazo de las naftas como utilizan los vehículos híbridos que cuentan con el sistema de Gas Natural Comprimido (GNC).

 

Costos

Hoy producir hidrógeno verde es costoso. “La inversión inicial es muy alta. Este tipo de apuestas la puede hacer únicamente el Estado, porque la curva de inversión es alta al principio, a lo largo del tiempo va disminuyendo, se va amortizando, a largo plazo, en un futuro, se podría llegar a un costo inferior al combustible que conocemos hoy”, indicó Piatti.

 

Lo cierto es que se trata del combustible del futuro que usa energía solar y agua. Se produce hidrógeno y oxígeno, el hidrógeno puede ser usado como sustituto del gas, de las naftas, de los combustibles conocidos y el oxígeno puede utilizarse tranquilamente para uso medicinal.

 

Amoníaco verde, un paso más

Una de las novedades que se sumó en los últimos meses de este año, como corolario de la nueva línea de investigación y apuesta a las energías renovables, es que a partir del hidrógeno verde también se obtiene el amoníaco verde.

 

Esta sustancia también es un combustible y un poderoso fertilizante utilizado a nivel mundial. Se logra a través de una reacción química del nitrógeno – que se obtiene del aire – con el hidrógeno verde producido a través de electrólisis.

 

“Estamos pensando en implementar en el corto plazo una máquina para producir nitrógeno, que se saca del aire. La máquina sacaría nitrógeno y el hidrógeno verde que producimos a través de la energía renovable de paneles solares, mezclados, produciríamos amoníaco verde, que es un producto de exportación que consume el 10% del mundo”, agregó.

 

 

Se trataría así de la génesis de un nuevo componente requeridos por muchas empresas en la actualidad para modelos de exportación de productos sustentables.

 

En ese marco las tratativas de los directivos del PIIP se centran gestiones para lograr fondos del gobierno nacional para la producción del primer reactor de amoníaco.  Ese es el plan para 2022. Comenzar a producir amoníaco verde, como combustible y poderoso fertilizante soluble en agua.

 

 

 

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