El espíritu emprendedor de los misioneros motoriza la economía

Misiones Online vuelve a presentar un producto periodístico de cali­dad, cuyo objetivo central es difundir cómo fue el año que termina y cuáles son las expectativas con relación al año que empieza desde la perspectiva del sector empresarial y de destacados analistas. La gene­rosa participación voluntaria de empresarios de un amplio abanico de actividades económicas y de distintos puntos de la provincia que son referentes ineludibles del sector privado, es el principal insumo que alimenta las páginas de esta nueva edición impresa, que acompañamos en formato digital.

La conclusión más evidente que surge de una primera lectura de las respuestas de los hombres y mujeres de negocios que fueron consulta­dos para Visión Misionera 2018, es que la confianza del sector privado se mantiene. Esto podría atribuirse en parte al espíritu emprendedor que caracteriza al misionero, ese que permitió el progreso de los pio­neros a pesar de un sinnúmero de dificultades, pero también se pue­de explicar por una mejora ostensible que viene mostrando el entorno económico desde el segundo semestre de 2017.

Después de un año 2016 que fue negativo para casi todos los sectores, la economía acumuló en 2017 tres trimestres seguidos de crecimiento y se estima que el cuarto también sería positivo. A ello se sumó la dis­minución de la inflación, que en 2017 bajó a la mitad de la registrada el año anterior, lo que favoreció la dinámica de la toma de créditos.

En Misiones eso tuvo un impacto considerable en los niveles de consu­mo, especialmente en el de bienes durables como autos y motos, y en menor medida en los productos de consumo masivo.

Un punto en el que no hubo mejoras fue en el de las asimetrías de fron­tera. Durante todo el año no hubo respuestas del Gobierno nacional a ninguno de los pedidos formulados desde las cámaras empresariales y el Gobierno provincial. El artículo 10 de la Ley Pyme sigue siendo una promesa con remotas posibilidades de complimiento. La macroecono­mía tampoco ayudó en este punto, el atraso cambiario se profundizó al punto que la inflación este año duplicará a la devaluación del peso frente al dólar.

El atraso cambiario es uno de los aspectos más negativos que presen­ta el panorama económico actual, no solo porque ahonda las asime­trías con Paraguay y Brasil, sino principalmente porque atenta contra la competitividad de los exportadores. Para Misiones eso no es poca cosa, ya que a diferencia de sus pares del NEA, su economía tiene un marcado perfil exportador en industrias como la forestal, del tabaco e infusiones.







Otro de los sectores que por lógica debería haberse visto afectado por el atraso cambiario es el turismo, sin embargo para la industria sin chi­meneas 2017 fue otro año récord, con más de 1.400.000 visitas a Cata­ratas, el número más alto de toda la historia de ese parque. Que este sector alcance esos números a pesar del dólar barato puede interpre­tarse solo como una muestra del enorme potencial por desarrollar que tiene el turismo en Misiones, especialmente desde 2011 a partir de la elección de Cataratas como una de las siete Maravillas del Mundo.

El notorio incremento de conectividad aérea que ya se comenzó a dar a partir de la apertura de los cielos del país a nuevas aerolíneas, promete traer más bonanza para este sector, al que solo le resta esperar una co­rrección en el tipo de cambio para encontrar condiciones ideales para su desarrollo.

Pero así como el atraso cambiario es negativo para prácticamente to­dos los agregados de la economía provincial, ofrece una ventaja: aba­rata los costos para adquirir tecnología. Como ventajas adicionales, el Gobierno nacional redujo significativamente los aranceles para impor­tar capital de trabajo y la reforma tributaria establece beneficios fisca­les para quienes inviertan.

Sin embargo, desde el empresariado advierten que para captar inver­siones para la economía real resultará necesario que bajen las tasas de interés que ofrecen las Lebacs, porque ningún inversor se arriesgaría a poner dinero en un emprendimiento real mientras el Banco Central ofrezca ganancias aseguradas por encima del 25 por ciento en inver­siones financieras de bajo riesgo.

Más allá de las ayudas o impedimentos que imponga la macroecono­mía, los empresarios son consientes de que es imperiosa la necesidad de sumar competitividad a través de inversiones, no solo en grandes máquinas para la industria, sino también en conocimiento y estructura para no perder el tren de la revolución digital global.

Allí descansa una oportunidad interesante: desarrollar las industrias del software y de las tecnologías de la información y del conocimien­to (TIC). La ventaja de Misiones en ese rubro es que cuenta con recur­sos humanos de calidad formados en universidades e institutos tercia­rios que desde hace muchos años vienen ofreciendo carreras y cursos orientados a la informática y el desarrollo de sistemas.

El oscilante panorama económico nacional vuelve a plantear a los em­presarios misioneros un escenario con oportunidades, pero que tam­bién impone limitaciones y riesgos. Como en los tiempos de los pione­ros, el espíritu emprendedor y la voluntad de salir adelante a fuerza de trabajo son los atributos que posibilitarán aprovechar las oportunida­des, romper los límites y evitar los riesgos. Si el espíritu sigue presente, Misiones tendrá su futuro asegurado.

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